Con el dibujo siempre he encontrado tranquilidad y una forma de extraer ideas que pudieran estar rondándome.
Estudié Educación Infantil, – quizás por eso siempre tengo que estar controlando el tamaño y color de mis ilustraciones -, y eso posibilitó reconectar con la inocencia que te descubren a través de preguntas, respuestas, historias, dibujos… esas pequeñas personas cuya creatividad es infinita.
Luego vino mi formación en Diseño Gráfico con la intención de acercarme a la publicidad. De ese mundo me llama la atención qué cuentan sus pequeñas historias y, sobre todo, qué no cuentan, siempre mediante un lenguaje corto y directo. Esto me llevó a explorar, profundizar y conocer a fondo herramientas de edición gráfica y acabé trabajando en diferentes empresas (propias y ajenas). Diseño gráfico, web e informático, publicidad, rotulación, editorial… El resultado fue adquirir una gran experiencia para abordar multitud de ideas de diversas formas, conociendo de cerca todo el proceso, desde el inicio hasta que acababa materializada.
Y antes que todo eso, el cine, la música, la literatura, los cómics, la fotografía,… siempre me han acompañado y, claramente, influenciado.
¿Qué me lleva a ilustrar? Evidentemente querer plasmar algo que está anudado y anidado en mi cabeza. Historias, situaciones, una canción, un relato, un poema… ¡todo! Me gusta esconder elementos y jugar con el doble sentido pero, sin duda, lo que más valoro es el proceso de aprendizaje que lleva cada ilustración. También ilustro por una razón sencilla: me hace sentir bien. Y eso es motivo suficiente para seguir ilustrando.